Historia de Dos Principiantes
Desde la primera vez que té vi me volví loco por ti, solamente tomábamos dos clases juntos en la universidad pero siempre aprovechábamos al salir de clases para conversar un poco, así fueron los principios de los que hoy fuese nuestro primer amor, ya que ninguno de los dos se había enamorado antes.
Anoche cumplimos cuatro meses de novios y decidimos celebra en el chalet de un amigo nuestro, después de una maravillosa cena a la luz de las velas destapamos el champang y nos fuimos para el cuarto. Al cual lo había cubierto con una alfombra de pétalos de rosas y la cama la había forrado con sabanas también de pelotas de rosas.
Una vez adentro nuestros labios se encontraron, se juntaron y empezaron a acariciarse complementando las caricias con el suave roce de nuestras lenguas en ese instante te tome por la cintura y nos acostamos en la cama allí fui recorriendo lentamente con mi lengua tu boca pasando suavemente por tu oreja y bajando por tu cuello hasta donde tu blusa me lo permitió.
Luego seguí cubriendo de besos tu ombligo mientras mi lengua jugaba en él, y mis manos te fueron desabotonando tu blusa, “fui un poco torpe en ese momento” cuando por fin terminé de quitártela continué vistiendo tu cuerpo de caricias, mi lengua comenzó a jugar con tus pezones y mis manos siguieron bajando hasta conseguirse con una flor ardiendo de la excitación, una flor que esa noche me entregarías sin pedir nada a cambio, solo que la amé.
En el instante en que mi boca jugaba con tus pezones y mis manos sentían el fuego ardiente que había entre tus piernas noté que por primera vez sentías lo que es un orgasmo. Dándose cuenta de esto mi boca volvió a bajar besando cada milímetro de tu cuerpo hasta llegar a esa flor que hoy estoy despertando entre el fuego de tu cuerpo y la excitación de los dos. Empiezo a pasear mi lengua por tu vagina deteniéndome un poco para jugar con tu clítoris y probar ese néctar producto de tu excitación estabas totalmente húmeda, tanto así, que se escapaba de tu vagina y lograba llegar hasta las sabanas. Me di a la tarea de consumir todo el liquido que brotaba por tu cuerpo.
Con cuidado separe tus piernas con mis manos y dejaste al descubierto toda tu vagina, comencé a limpiarla con mi lengua siguiendo el rastro que dejaba tu liquido por toda tu vagina hasta confundirse con las sabanas.
Seguí penetrando en tu vagina con mi lengua con mucho cuidado para no romper tu virginidad con ella y con mis manos recorría todo tu cuerpo llenándolo de caricias y rodeando y acariciando tus pezones los sentí tan duros e hinchados como si estuvieran a punto de estallar fue en ese momento te viniste por segunda vez en un orgasmo que hizo que tu cuerpo se retorciera y estremeciera en un éxtasis profundo.
Después de esto me acostaste en la cama y me comenzaste a besar en el pecho y bajaste rápidamente hasta mi pene que estaba durísimo en hinchado como nunca antes, comenzaste a lamerlo como si se tratase de una chupeta hasta que te lo metiste todo a tu boca chapándolo como si quisieras secármelo en ese momento que vine y todo mi semen quedo depositado en tu boca.
Seguimos acariciándonos y llenando nuestros cuerpos cada uno con el olor, las caricias y los besos del otro, de repente nos miramos a los ojos y me di cuenta que ya deseabas sentirme dentro tuyo te recosté de nuevo en la cama y comencé a frotar solo un poco con la punta de mi pene en tu vagina, luego fui introduciéndolo muy lentamente luego que ya estuvo dentro lo deje hay quieto para que tu vagina se acostumbrara a el mientras tanto nos fundimos en un beso que lentamente se apoderó de nuestros deseos y caricias hasta ahogarnos en el deseo y así lenta y rítmicamente comencé a meterlo y sacarlo hasta que tus gemidos de dolor fueran ahora de placer sentir mi miembro entrado y saliendo de dentro tuyo me excitaba cada vez más, sentía mi pene iba a estallar, más hinchado y duro no podía estar, en ese momento ambos nos vinimos en un orgasmo infinito.
Me pareció que llegamos a la cima del cielo, un silencio total se apoderó del lugar en el cual solo estaban nuestros cuerpos mencionados y retorciéndonos del placer sintiendo el centro del mundo en medio de nosotros, mi semen fue tanto que se desbordaba de tu vagina y manchaba la cama con nuestro amor sentí el semen saliendo de tu vagina y escurriéndose hasta la cama. Luego el viento rozaba tu cara y yo rozaba tu cuerpo en caricias infinitas hasta el otro día.
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